Fuera por dislexia o fuera por un engaño óptico confundí una cantata de Bach con una langosta. Quiero decir que la última grabación de Hippocampus, Liebster Jesu, me confundió con la traducción inglesa de langosta, lobster, degenerando así en una involuntaria blasfemia que redunda en mi alergia al marisco.
No fue el único equívoco, aunque esta vez no me responsabilizo del conflicto. Se lo atribuyo a la compañía ¿discográfica? Arsis, precisamente porque Liebster Jesu parece un disco, pero no es un disco (ni una langosta).
Empezando por el tamaño. Que recuerda al de una postal. Una postal, por más señas, que nos escribe Alberto Martínez Molina, director e ideólogo del grupo Hippocampus. Y por ambas razones responsable artístico de una grabación en clave de Bach que contiene tres cantatas, el "sexto" concierto de Brandemburgo, dos vídeos en alta definición, un "libreto" de 70 páginas y una galería de imágene
¿Cómo es posible? Pues es posible porque una vez abierto con delicadeza la envoltura del aparente disco nos encontramos con que en lugar del CD se aloja un elegante pendrive con ocho gigas de memoria.
Es una manera de insistir en que el compact-disc agoniza y un modo también de señalarnos el porvenir. Tanto por razones prácticas -el pen puede conectarse a cualquier sitio- como porque el esfuerzo económico de adquirir una grabación exige toda suerte de contraprestaciones.
Y "Liebster Jesu" las tiene. Entre ellas, la posibilidad de manejarse en el menú con el lenguaje de una página web, la oportunidad de seguir al pie de la letra las cantatas y otras peculiaridades tecnológicas que me sobrepasan:
Ya conocen las razones técnicas para llevarse a casa la langosta, aunque se antojan más interesantes las artísticas precisamente porque Alberto Martínez Molina e Hippocampus se han convertido en mediadores sobrios, privilegiados y devocionarios de la música de Bach.
Tan interiorizada la tienen que se aventuraron en 2005 a llevar a término la interpretación de todas las cantatas del compositor germano en diferentes templos madrileños. Casi todos de barrio y a la medida de una misión.
Ocho años después, el proyecto, concebido con la Capilla Real de Madrid, se despide los días 15 y 16 de diciembre de este 2012 en la Iglesia del Perpetuo Socorro, aunque el pendrive del que hablábamos le garantiza la eternidad -hasta cierto punto- y se acompaña de una versión de referencia del "sexto" concierto de Brandenburgo que ya he escuchado 700 u 800 veces.
via http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/blogdepecho/
@Ruben_Amon
Colegio "San José"
C/Emilio Ferrari 87
Madrid (España)