¡Saquen a U2 de mi móvil!

El pasado martes 9 de septiembre de 2014, el nuevo disco de U2 se plantó ahí, esperándo oyentes, gratis, como si fuera el catálogo de Ikea. Cualquiera lo podía bajar sin ningún problema del iTunes de Apple. Eran poco más de las ocho y media de la noche, hora española. 'Songs of innocence' esperaba con luces de neón, como la última novedad imprescindible, alcanzable, la nueva maravilla de nuestro mundo digital. 500 millones de usuarios de iTunes podían disfrutar gratis del último disco del grupo más famoso del mundo. Al menos, hasta ese mismo momento.

U2 eran los invitados mejor pagados del mundo para la última gran ceremonia de Cupertino . Así lo había querido Tim Cook, el ínclito presidente de Apple. El rumor de la presencia de U2 había sido esparcido discretamente por los 'oficinistas' de Apple en 'The New York Times'. Así que no hubo excesiva sorpresa cuando Bono y compañía aparecieron en el gran escenario de la sensaciones de Apple. U2 actuaron en semidirecto y presentaron su nuevo tema estrella, un casi edulcorado 'The miracle of Joey Ramone', quizá un homenaje 'retro' y fallido al cantante de los Ramones, un tributo, en fín, a los años 70.

La mentira del presidente

Tim Cook mintió como un bellaco cuando a las nueve menos doce minutos de la noche le dijo a los testigos de la ceremonia: "¿No es el más increíble single que habéis escuchado nunca? Pues, bien, ¿queréis todo el álbum nuevo de U2?".

Y, a continuación, la respuesta de Bono, que me dio hasta vergüenza ajena. Casi leía palabra por palabra lo que estaba en el guión. Decía el cantante de U2: "La cuestión es cómo llegar al mayor número de público posible, que es lo que siempre busca esta banda". Cook esbozó una sonrisa y como si fuera Harry Potter miró hacia la gran pantalla del escenario.

Entonces, en la pantalla mágica de Cupertino apareció gratis en la biblioteca de iTunes 'Songs of innocence', el primer disco nuevo de U2 en cinco años.

Magia,magia, magia.

No,no tanto. Previamente, Apple había pagado 50 millones de dólares a U2 por semejante privilegio , más otros 20 millones por utilizar su imagen. Otros 50 millones fueron desviados a la compañía discográfica del grupo. Todo por el honor del nuevo reloj de Merlín de Apple y el nuevo iPhone 6 de los reyes del teléfono de Dios.

Pero, ¿qué son 120 millones de dólares para Apple?.

¿Para qué quiero a U2?

A los pocos minutos de la aparición milagrosa del nuevo disco de U2 ya había cientos y cientos de protestas a través de la red. La más conocida, la de una tal Natalie rebotada a millones de personas. Decía :"¿Quienes son U2? Nunca he comprado su música.¿Por qué me los han metido en mi iPhone?".

Otro mensaje que dio con la tecla estaba firmado por Jessica Williams : "¿A quién se le ha ocurrido meter a U2 en mi teléfono?. Es la peor inocentada que podían hacer. Ese grupo está acabado".

Hace siete años , Radiohead, el grupo más idolatrado de la red, expulsados del paraíso EMI (el sello de los Beatles, Pink Floyd y Queen) en un ejercicio de soberbia, decidieron que su nuevo álbum, 'In rainbows', pudiera bajarse de su web a cambio de lo que uno quisiera pagar en conciencia. La conciencia general fue mezquina, roñosa. El experimento fue un fracaso económico.

Hace poco más de un año, Jay Z, el rapero más famoso del mundo , regalaba en su página web,el álbum 'Magna carta, Holy Grail', pero lo que logró fue a espantar a su público, porque Samsung utilizaba las 'bajadas' para aprovisionarse de datos de los que picaban. Pocos meses después, su señora, Beyonce, la gran dama cortesana de la aristocracia de los Obama, puso a la venta en iTunes, sólo en la aplicación Apple, su último álbum. Casi fue un fracaso. Muchas tiendas de discos se negaron a vender el álbum cuando apareció más tarde en formato físico. Amazon incluso veto el producto. Y Sony, la compañía de Beyonce, juró no repetir jamás la misma estrategia.

La estrategia del caos

Al día siguiente de la ceremonia de Cupertino, Universal Records anunciaba a sus clientes que añadirían al disco de U2 nuevos temas,además de los conocidos en la versión de iTunes. El tifón de iTunes había provocado tal ruina que sería difícil que los tenderos, los distribuidores y, sobre todo, Amazon quisieran vender el nuevo disco de U2.

Por eso, Universal anunciaba temas nada conocidos como contenido extra para la próxima aparición física del disco. Amazon ya había amenazado con que volvería vetar la venta en mp3 del disco. Incluso Target, el gran distribuidor y vendedor de discos físicos en la actualidad, amenazó a U2 y a Universal con vetos irreversibles.

Tan importante es Target, que Coldplay tocó gratis tres días después de lo de U2 para los empleados y vendedores de la compañía en la sede central de Minneapolis. Un concierto secreto de sólo cinco canciones en directo. Un concierto tan secreto que Coldplay ha tratado de no dejar rastro. Universal tuvo que prometer precios inferiores a cinco euros a las tiendas, para que ellos pudieron vender los discos por menos de 10 euros.

Pero lo más trágico para U2 y para Apple es que las bajadas del álbum 'Songs of innocence' en iTunes, a pesar de ser de balde, no habían superado ni las 30.000. Casi un fracaso para ser gratis. Para colmo de males, en la página del grupo, ese mismo 'día después', Bono escribía una carta en la que trataba de justificar cómo se había vendido el prestigio de U2 por 70 millones de dólares. Bono encabezaba la carta con esta pregunta un poco bochornosa: "¿Os acordais de nosotros?".Un capítulo personal de su propia pesadilla, porque Bono considera que el grupo está a unos centímetros del abismo de convertirse en un grupo insignificante, irrelevante .

Hay quien dice que el gran culpable del caos en la estrategia del grupo, la loca serpentina de esta montaña rusa en que se ha convertido U2, tiene el nombre de Guy Oseary, un tiburón de Hollywood, un israelí de Jerusalén, mánager de Madonna desde hace 10 años y nuevo representante de U2 desde el año pasado, al desplazar a Paul McGuinness, el mánager de toda la vida del grupo irlandés, el 'quinto U2'. McGuiness fue desplazado ignominiosamente por Bono ante el poder de Live Nation, una promotora de conciertos que, a través de su filial de venta de entradas, Ticketmaster, es la empresa más grande de su sector en la faz de la tierra. En su momento, Oseary inventó una escudería Live Nation para Madonna por otros 100 millones de dólares, cuando a la diva la echaron de Warner Music.

Tres años para buscar la inocencia

El caos de U2 empezó cuando Oseary y Lucian Grainge, presidente de Universal Records,otro tiburón de la industria discográfica, dejaron bien claro que no les gustaba nada el nuevo disco del grupo, titulado 'Songs of ascent'. El material estaba terminado en junio del año 2013, nada más acabar las últimas mezclas realizadas en los estudios Electric Ladyland del Greenwich Village neoyorkino, con la firma del mejor productor del momento, Brian Burton, el señor Danger Mouse, productor de los Black Keys y autor de canciones como 'Crazy' para su proyecto Gnarls Barkley.

Tras el rechazo de sus jefes,a Bono le empezaron a entrar toda clase de dudas. Le puso el disco a todo bicho viviente. A sus viejos productores, Daniel Lanois y Brian Eno, incluso a sus rivales como Chris Martin, que unos días antes había puesto voces al tema 'Iris', dedicado a la madre de Bono, que murió cuando el cantante tenía 14 años.

Se decidió entonces, en ese convulso verano, que había que grabar más temas, con nuevos productores y retocar los que ya había. Grainge, el presidente, casi obligó al grupo a grabar con Ryan Tedder,el líder de su grupo favorito, One Republic. Brian Eno les impuso trabajar con el ingeniero Declan Gaffney y hasta Chris Martin le sugirió el nombre de Paul Epworth, el productor de Adele y que había ayudado a Coldplay en su últimos disco.

Un año después, conocemos por fín el disco 'Songs of ascent', que ha pasado a llamarse 'Songs of innocence' , gracias a que Bono penetró el laberinto de los lemas del gran William Blake y,específicamente, la colección de poemas "Songs of innocence y experience", referidas al paraíso de la inocencia y la juventud y, en segundo término, 'Paraíso perdido' de Milton.

 

Via: elpais.com

Texto: Julian Ruiz. 

Web: www.plasticosydecibelios.com/